Reseña del editor:
Gijón, verano de 2010. El cadáver de un hombre trajeado aparece bajo un puente en un parque de la ciudad. Lorenzo Blanco, un joven e inexperto detective privado, apasionado de los deportes, el cine y la novela negra, es contratado inesperadamente para resolver un misterio que la policía ha dejado correr. ¿Suicidio, asesinato, conspiración? Poco después, otro violento fallecimiento, esta vez en la Semana Negra, sobresalta a la ciudad y pone en jaque a una junta de gobierno que ya se encontraba en entredicho por sus poco acertadas decisiones políticas. Dos casos aparentemente inconexos que podrían ser sólo la punta del iceberg de algo mucho más gordo...
Respaldado principalmente por Sara Paredes, una joven traductora, y Miguel Canales, ingeniero de telecomunicaciones y entusiasta de los videojuegos online, Lorenzo tendrá que valerse de su ingenio y sus conocimientos literario-cinematográficos para acercarse poco a poco a una realidad que algunos pretenden por todos los medios que no salga a la luz.
Repleta de guiños al mundo del cine, la televisión, la música y la literatura, para el autor ésta no es sólo una novela policiaca, sino también un fiel retrato de algunos de los lugares más emblemáticos de su «Gijón del alma», además de una feroz sátira de la sociedad contemporánea en la que ni los medios de comunicación, ni la policía ni, por descontado, la clase política se libran de una crítica despiadada y mordaz en una historia con abundantes dosis de comicidad.
Biografía del autor:
Nacido el 4 de julio de 1981, el gijonés Eduardo Arias es ingeniero informático, aunque las nuevas tecnologías no son, ni mucho menos, su único campo de interés, pues entre sus numerosos hobbies se encuentran también los deportes, el cine, las series de televisión o la música, sin olvidarnos, obviamente, de la literatura.
Su idilio con los libros viene de lejos y, muy posiblemente, autores como Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Julio Verne o Isaac Asimov tengan gran parte de la culpa. Ávido devorador de todo tipo de géneros, desde la aventura a la ciencia ficción, pasando por la fantasía o el teatro, sin duda las novelas policiacas han sido siempre su perdición. Su pasión por el género negro le llevó a plantearse el reto de convertir su afición en profesión y, lo que comenzó como un mero entretenimiento, ha dado paso a la publicación de esta novela.
Con Lorenzo Blanco y los crímenes inoportunos da comienzo la serie «Gijón criminal», una saga de novelas policiacas encuadradas en la ciudad que mejor conoce y en las que el misterio y los enigmas se combinan a la perfección con el humor, abundantes dosis de ironía y, cómo no, una mordaz y despiadada crítica social, pues considera que esta última característica es prácticamente imprescindible a día de hoy para escribir novela negra con ciertos visos de verosimilitud.
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