2G N.46 Tony Fretton Architects: No. 46 (SIN COLECCION) - Softcover

AA.VV.

Softcover

ISBN 10: 8425222451 ISBN 13: 9788425222450

Verlag: Editorial Gustavo Gili, S.L., 2008

Über diesen Titel

Reseña del editor:

Involved in huge commissions through out the world, the great British architecture offices international corporations, almost are the ones that have received most media attention over the last couple of decades. In such a context of gigantic companies it is worth pointing to the consistent, high-quality work of medium-sized offices that, with much painstaking effort, have managed to construct a great many excellent buildings. Outstanding among them is the output of Sergison Bates (2G n.34) and the present monograph devoted to Tony Fretton's studio.

Founded in 1982, Fretton's office has its starting point in the exploration of the social possibilities of architecture. Through a careful observation of reality (client, programme, city) Fretton designs buildings rooted in their surroundings, with an ability to put across an idea of community. His architecture does not have spectacular form as its aim, but rather the composure and human well-being that binds man to the essential aspects of life. The notion of architecture as social art is ultimately materialised in a sophisticated spatiality executed with enormous precision and material quality, thus reflecting the architect's interest in the visual arts.

This number of 2G presents a number of recent projects by Tony Fretton, not only in Great Britain (the Red House or the house for Anish Kapoor), but also in Holland (where in 2008 he will finish three important projects for multi-family housing), Poland (the British Embassy in Warsaw) and Denmark (where a housing project in the centre of Copenhagen is worth highlighting, along the Fuglsangmuseum in Lolland).

Extracto. © Reimpreso con autorización. Reservados todos los derechos.:

Extracto de la introducción: 'Recurrir a: la obra de Tony Fretton Desde la perspectiva teórica y crítica de la cultura arquitectónica actual, la obra de Tony Fretton plantea algunas preguntas difíciles. La primera de ellas, ¿qué es exactamente lo que proyectan los arquitectos?, parece obvia, pero no lo es absoluto. Se trata de una pregunta que debe responderse desde un punto de vista arquitectónico más que filosófico o convencional. La segunda, ¿para qué lugar proyectan los arquitectos?, no se refiere al emplazamiento o al edificio como instalación, sino que, de nuevo, debería responderse desde una perspectiva arquitectónica. Y en el caso de la tercera, ¿para qué o para quién proyectan?, la respuesta no puede quedar limitada a 'para el cliente', ni ser tan general como 'para la sociedad'. Estas preguntas me ofrecen una vía de acercamiento a la obra de Fretton; un acercamiento que, evidentemente, está movido por mi propio interés. Sin embargo, la cuestión va más allá, ya que lo que pretendo abordar es qué es lo que distingue la obra de Fretton de la de muchos de sus contemporáneos, situándolo en cierta tensión con respecto a la cultura arquitectónica contemporánea. Tomemos la primera pregunta, '¿qué proyectan los arquitectos?'. Existen varias respuestas posibles. Algunos dirán 'edificios', mientras que otros insistirán en que no todos los edificios son arquitectura. Habrá también quienes afirmen que ya no existe una razón de peso para dividir el campo del diseño, en especial en una era digital cuyas potentes tecnologías son indiferentes al objeto diseñado. Aún así, la idea de un edificio sigue siendo probablemente la respuesta que establece un mínimo común denominador. El edificio aún es (sencillamente) el objeto, o quizá debería decirse la unidad, de la arquitectura. Sigue siendo el logro identificable del arquitecto; la obra del arquitecto. Sin embargo, esta valoración excluye diversos problemas, fundamentalmente, que la imagen de arquitecto que implica prescinde del colectivo que ha trabajado con él, conocido como 'despacho'; a su vez, el propio término 'identificable' también plantea problemas. Este hecho ha tejido recientemente una compleja red de intereses en torno a la firma, la marca y los problemas estéticos del reconocimiento. Dejando a un lado estos últimos, el edificio sigue planteando una serie de problemas: la realidad empírica de un edificio tiene que soportar la carga lógica de que debe parecer un objeto, un todo. Esta lógica se remonta a Aristóteles, para quien lo importante era cómo las partes colaboraban al servicio del todo. El 'todo' proporciona un principio de valoración, también en el caso del diseño, al respecto de cómo las partes hacen realidad el 'todo'. En cuanto lógica, impone una distinción entre interior y exterior, partiendo del hecho básico de que, obviamente, existen un interior y un exterior que deben hacer realidad el todo. Esta organización del pensamiento, ya que el pensamiento precede a la realidad, establece cierto patrón previo para la propia existencia del edificio. De este hecho se derivan otras dos cuestiones que deben plantearse antes de abordar la obra de Tony Fretton, aunque ambas estrechamente relacionadas con ella. La primera es la estancia. En la arquitectura moderna, las estancias parecen ser divisiones del espacio interior de un edificio. Sean cuales sean los papeles funcionales o programáticos que se les asignen, se representan como divisiones que, por adición, suman en favor de la totalidad interior. Forman parte del espacio interior total. La segunda cuestión está relacionada con el exterior, con el hecho de que se supone que el edificio tiene un lugar o 'contexto' y que debería relacionarse con él en términos de conformidad u, ocasionalmente, de transgresión. Las estrategias para 'que esté en su lugar', sean cuales sean, tienden a resultar algo contradictorias, ya que para que el edificio esté ahí, para que se muestre y por lo tanto tenga integridad como un todo, debe ser él mismo pero no serlo del todo. Este problema genera todo tipo de soluciones, pero también todo tipo de confusiones. Desde mi punto vista, la obra de Tony Fretton plantea un medio de abordar estos problemas del interior de un edificio y las condiciones exteriores de la ciudad (y también del campo) relajando la idea de edificio y estableciendo relaciones directas entre la estancia y la ciudad. De hecho, quizá el análisis de su obra sólo pueda avanzar si se deja a un lado, al menos por un momento, la reflexión del edificio como un todo(...)' Copyright del texto: sus autores Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL

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Excerpt from the introduction: 'Drawing upon: the work of Tony Fretton The work of Tony Fretton raises questions that are awkward in terms of the current culture of architectural criticism and theory. The first question is so obvious that it is not obvious-what is it exactly that architects design?-where this question must be answered architecturally rather than philosophically or conventionally. Secondly, where do architects design for? Again this is a question that should be answered architecturally rather than in terms of the site or in terms of the building as an installation. Thirdly, who or what do they design for? Where the answer to the question can neither be as narrow as the client nor as broad as 'society'. Such questions provide me with an entry to his work. It will be plain that it is driven by my interest and my pleasure, but the issue goes beyond that to touch upon what distinguishes his work from so many of his contemporaries and sets him in a certain tension with contemporary architectural culture. Take the first question: what do architects design? There are a number of possible answers. Some will say 'buildings', yet others will insist that not all buildings are architecture. Others will say architects design 'period', and that there is no longer any compelling reason to divide the field of design, especially in a digital age whose powerful technologies are indifferent to the object of their design. Still, the idea of a building probably remains the lowest common denominator as an answer. The building (just) remains the object, or one might say the unit, of architecture. It is the thing that is still elevated, the identifiable achievement of the architect; it is by the architect. Now, this leaves out all sorts of problems, chiefly that the image of the architect that is implied leaves out the reality of both the collective worker known as the 'office' and the problems of the term 'identifiable'. Recently, this has spun a complex web of concern with signature, branding and aesthetic problems of recognition. Leaving these to one side, the building still has a number of problems: the empirical reality of a building has to bear the logical weight of seeming to be the thing, a whole. This logic of attention goes back to Aristotle, for whom what was important was how the parts collaborate in the service of the whole. The 'whole' supplies a principle of judgment, including that of design, as to how the parts realise the 'whole'. As a logic it compels the distinction between interior and exterior, starting with the very fact that there obviously is an interior and an exterior. They themselves must realise the whole. This arrangement of thought, for the thought pre-dates the reality, sets a certain template for the very existence of the building. Two subsequent issues flow from this, both of which must be included before directly addressing Tony Fretton's work, although both of them relate closely to it. The first is the room. In modern architecture rooms seem to be divisions of the interior space of a building. Whatever functional or programmatic roles they are assigned, they are represented as divisions, so that by their addition they add up to the interior totality. They are close to, a part of, the total interior space. Often the architect will underline that through proportion-ality and regularity, and stylistic consistency, the interior is seen to embody the interior. The second issue relates to the exterior and the fact that the building is thought to have a place or a 'context', and that the building should manifest a relation to this whether in terms of conformity or occasionally transgression. The strategies for 'being in place', whatever they may be, tend to have a certain contradictoriness; for the building to be there and so have its integrity as a whole, it must be itself and not quite itself (...)' Copyright of the text: the authors Copyright of the edition: Editorial Gustavo Gili SL

Über diese Auflage

• Verlag: Editorial Gustavo Gili, S.L.
• Erscheinungsdatum: 2008
• ISBN 10: 8425222451
• ISBN 13: 9788425222450
• Einband: Tapa blanda
• Auflage: 1
• Anzahl der Seiten: 146